Eslovenia, es de esos países de los que nunca oyes nada en las noticias, así que no acabábamos de imaginarnos qué nos encontraríamos realmente.
Desde el 2004 está dentro de la Unión Europea y desde el 2007 su moneda oficial pasó al Euro. Este país estaba dentro de lo que era la antigua Yugoslavia, sin embargo en 1991 consiguió la independencia, con una guerra que, afortunadamente, duró sólo 10 días.
En aquél entonces ya era la zona de Yugoslavia más prospera y avanzada y fueron los que menos sufrieron en la cruel e increíble guerra de los Balcanes.
Os confirmamos que realmente es un país moderno, seguro, tranquilo, y según mi impresión, con una clase media muy bien situada.
Pasamos de Austria a Eslovenia sin darnos casi cuenta, pero las primeras diferencias se iban notando, aunque poco a poco.
Las montañas, a pesar de seguir siendo bastante impresionantes, eran más redondeadas y algo más bajitas.
Sin embargo, seguíamos con esos tonos verdes intensos y no abandonábamos esa sensación de tanta naturaleza.
Otro detalle que me dejaba boquiabierta era ver las nubes taaaan bajitas, parecía que las podría apretujar con mis manos en cualquier momento.
Ruta:
Pesenthein – Bohinjska Bistrica
118,9 Kms
Bohinjska Bistrica – Ljubljana
77,3 Kms
110 Kms
Total Kms 306,2
Juntando las 3 etapas llevábamos 1.466,2 Kms
Seguíamos con tiempo inestable, si un día hacía sol al otro era gris y chuvascos. Todavía no teníamos la sensación de verano, y desde Alemania seguíamos con ese ambiente tranquilo y pausado.
Evert, aún así, chino chano con su bici, yo pensaba que en algún momento de la ruta tendría algún bajón, pero que va, ni si quiera se quejaba.
Al día siguiente de llegar a Bled, volvió a coger la bici para hacerse una ruta de montaña con unas vistas increíbles sobre el Lago Bohinj.
Hasta llegar a Bled el estilo era bastante austriaco todavía, en cuanto a las casas y paisaje.
Nos alojamos a las afueras de esta pequeña ciudad, en Bohinjsca Bistrisca, para estar más cerca del Parque Nacional Bohinj, y aún así no estar lejos Bled. Pero una vez allí, ésta no fue la mejor opción.
Como os comentaba, es una ciudad pequeña con mucho encanto y donde nos alojábamos quedaba casi a media hora en coche y además con curvas.
En los pueblos de alrededor no hay mucha vida, así que buscar un sitio para cenar, no había mucho para elegir.
Así que si alguna vez vais, os aconsejamos que lo hagáis al revés de nosotros: alojarse en la misma Bled y desde aquí visitar el Parque Bohinj y su cascada Slap Savica.
Las carreteras todavía eran buenas, sin embargo aquí ya nos topamos con otra manera de conducir. Mucho más agresiva y a toda velocidad.
Ésto nos sorprendió bastante, adiós a los arcenes en las carreteras. Coches y camiones de gran tonelaje a toda pastilla.
Los dueños de la casa donde nos alojábamos nos advirtieron que tuviésemos cuidado con los controles de velocidad de la policía.
Se ve que es un tema en el que estaban poniendo más atención, lo cual no nos extrañó nada mientras más íbamos recorriendo Eslovenia.
Estaba claro, ya se notaba que íbamos hacia el Sur!
En Bled visitamos esa pequeña isla en la que sólo hay una Iglesia. Se llega a través de estas góndolas típicas de la zona y remando.
En la islita sólo hay un bar y una pequeña Iglesia, que se tiene que pagar si quieres entrar.
Desde mi punto de vista, por este precio no vale mucho la pena ir, pero si te hace gracia, no te quedes con las ganas, claro!
De aquí seguimos hasta la capital, Liubliana. Una maravilla, nos encantó. Totalmente peatonal, una ciudad estudiantil, romántica, moderna y pija :-)
Este año es la ciudad Verde Europea, y bien merecido se lo tiene.
Por el centro circulan unos coches eléctricos en los que te puedes subir y te dejan en otro punto del centro y gratis!
El río Liublanica cruza el centro de toda la ciudad y todo su lateral está lleno de restaurantes y muchos bares para un buen cocktail.
En la oficina de Turismo tienen tres tours muy interesantes, con diferentes combinaciones a elegir por el mismo precio de 10 eur.
Nosotros cogimos un guía por la ciudad y nos gustó mucho, éramos un pequeño grupo: nosotros, una pareja de Alemania y un chico de Canadá.
El tour duró casi 2h y acabamos exhaustos, pero valió mucho la pena.
Y para acabar, una cena romántica ;-)
Ya teníamos ganas de playa y sensación de verano, así que deseando estábamos de cruzar a Croacia, sin embargo, la llegada no iba a ser como esperábamos….
Feeling Travelling
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