Todavía nos acordamos cómo antes de empezar el viaje valorábamos si pasar por Albania o coger otra ruta “más común”.
Albania es un país que quedó totalmente aislado y destruido bajo un gobierno comunista y dictatorial, desde 1944 hasta más o menos 1990.
Políticas de exclusión, sin libertad de expresión, genocidios, corrupción, dejaron a la población totalmente hambrienta y empobrecida.
Una de las cosas más impactantes de su historia es el fusilamiento, por aquel entonces, de su Presidente Ceausescu y su mujer, en 1989 después de una revolución civil. La población ya no podía más.
Como veis hablamos de los 90, no hace casi nada!
Así que contacté con la Embajada Española en Albania para preguntar la situación actual, y me dijeron que había mejorado bastante en los últimos años, aunque mejor no salirse de las 3 carreteras principales que cruzan el país, básicamente por su mal estado.
Sigamos con el planteamiento de la ruta: la otra opción era bajar por la costa italiana, pero después habría que cruzar en barco desde Bari a Grecia. En fin, un lío que no tenía mucho sentido, ni gracia.
En definitiva, que había que dar un voto de confianza y pasar por Albania.
Ruta Albania
109 kms
116 kms
121 kms
Sarandë (Albania) – Camping Kalami Beach (Igoumenitsa, Grecia)
74 kms
Total 420 Kms
Juntando las 5 etapas llevábamos 3.270 Kms en bicicleta.
Madre mía, ya más de 3.000 Kms!
El primer día de llegada nos alojamos en Skhoder. El hotel lo llevaba una familia con dos hijos jóvenes muy simpáticos que hablaban un estupendo inglés. Eran muy entusiastas, de esas personas con energía que les encanta su trabajo. Empezábamos con buen pie en Albania. :-)
Salimos a dar una vuelta, teníamos un trozo caminando hasta llegar al centro. El barrio estaba lleno de gente, había mucha vida de calle, familias, niños. Peeeero realmente estaba todo bastante hecho polvo.
Queríamos hacer fotos, pero no nos sentíamos cómodos sacando una cámara para fotografiar su día a día. Nos parecía una intromisión o falta de respeto. Éramos los únicos extranjeros paseando por la calle principal y la altura de Evert nos delataba bastante je je
Llegamos al centro, estaba cuidado y bonito, una Rambla peatonal con diversos restaurantes. Fuimos a uno de comida típica albanesa, tenía un patio interior y había una celebración de graduados universitarios con sus familias, un ambiente muy acogedor.
Al poco rato, a la mesa de al lado llegó un grupo de 4 chicos con la misma pinta que nosotros y, qué casualidad, justamente eran de la parte flamenca de Bélgica.
Otros divertidos “locos” de la bicicleta, que habían venido a pasar una semana de vacaciones a hacer varias rutas de montaña con la bici y tienda de campaña. Enseguida hubo mucha conexión y no paramos de hablar hasta que se nos hizo de noche.
En Albania seguía azotando un calor insoportable. No paraba de preguntarme cómo Evert podía continuar cada día haciéndose 100 kms de bici.
Pero la ilusión del proyecto lo mantenía vivo y al final pasar por Albania era todo un reto.
Sobre todo cuando se encontró en un cruce en la que la carretera se convertía en un camino de polvo y solo le quedaba la alternativa de coger la autopista.
Con la mirada y gestos, así se lo preguntó a un policía que había allí, y éste le devolvió con gestos también la confirmación de “venga tira por la autopista”!!
No podía estar más contento,
una oportunidad única en la vida de ir en bici por una autopista!
Claro que la autopista era de lo más original, lo mismo te encontrabas una familia de patos cruzándola, que un puesto de venta de sandías, y oye tú, que los coches paraban a comprarse sus frutas, eh!
Yo, mientras, con el coche hacía mis paradas a beber algo, lo único que nunca había mujeres. Crucé Albania sin ver ni una sola conductora y tampoco en los bares de las áreas de descanso o gasolineras.
Conducir por Albania fue relativamente fácil, siempre y cuando te quedaras en las carreteras principales. Aún así, faltaba mucho mantenimiento, señalizaciones, no había cambios de sentido…
Al final cada uno conducía como podía y todo parecía válido.
Pasamos por Sarandé, más hacia el interior. Un pico de montaña que para llegar, nuevamente un montón de curvas cuando ya pensaba que esto se habría acabado.
Pero mereció la pena, no nos lo esperábamos. Una zona de montaña preciosa, le llaman la Riviera Albanesa. Si lo hubiésemos sabido nos habríamos hospedado una noche en alguno de estos pueblos de montaña que pasamos.
Llegar hasta lo máximo de este pico fue otro de los retos del viaje.
Albania, actualmente, es un país en proceso de construcción y crecimiento muy rápido, aunque le falta muchísimo todavía.
Así por ejemplo, te encuentras la parte de las playas que podría ser como la costa dorada, con su línea de apartamentos, sus sombrillas, familias y abuelos cuidando de sus nietos, una vida muy mediterránea.
Sin embargo, cruzas dos calles por detrás y te lo encuentras todo bastante deteriorado todavía.
La gente muy amable, nos encontramos muy seguros en todo momento y comimos muy bien y barato!
Está claro que es un país que en 10 años habrá cambiado bastante,
por eso ahora nos alegramos mucho de que al final cogimos esta ruta.
Próximo post, entramos a Grecia!!
Feeling Travelling
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Buenas.Ceausescu fue presidente de Rumanía hasta 1989.Porfa que no te equivoques